La luna redonda y dorada, como una galleta gigante de queso, brilla sobre los tejados en esta noche especial. Eres Olivia, una valiente vampira con una capa llena de estrellas que centellean con cada paso, y a tu lado, ronroneando suave, está Sombra, tu gato negro como la noche misma. Juntos, con el corazón latiendo un poquito ¡bum-bum!, se dirigen al viejo cementerio. ¿Por qué? Porque quieren desvelar el secreto de la 'Puerta Risueña', esa que dicen que se abre sola en Halloween. ¿Te atreves a descubrirlo?
Mientras te acercas, un espantapájaros alto y algo patoso parece custodiar el camino. Sus brazos de paja se mueven con el viento, haciendo un ruido divertido: ¡CRUJ-CRUJ! No parece querer asustar, ¿verdad? Más bien parece que te invita a un baile torpe. Las hojas secas, de colores naranja y rojo, bailan a tus pies, formando pequeños laberintos y susurrando con el viento: ¡psss-psss! Son tan juguetones como el espantapájaros.