Ulises el Búho Dormilón, a pesar de su nombre, era el más despierto de noche. Sus ojos grandes y brillantes buscaban con curiosidad los pequeños destellos de las estrellas fugaces. Los guardaba con mimo en frasquitos de rocío que escondía en su nido, un tesoro secreto, solo para él. Cada noche, añadía una nueva chispa a su colección.