Yo soy Lila, la brujita más risueña del bosque de Calabazas. ¡Y hoy es la noche de Halloween! Mi sombrero puntiagudo, que siempre se me cae con un ¡plof!, baila sobre mi cabeza mientras pienso: quiero hacer el postre más mágico, ¡el más especial de todos! Pero mis hechizos… ay, mis hechizos siempre tienen un giro inesperado. Mi caldero, que burbujea como un dragón con hipo, a veces huele a calcetines viejos, y mis recetas de "ojos de sapo" nunca, nunca me salen. ¡Qué desastre!
Estoy en mi cocina, que brilla con luces de calabaza y telarañas de algodón de azúcar. Intento una y otra vez. Primero, una tarta de telarañas que parece un calcetín enredado. Luego, unas galletas de fantasma que se deshacen como polvo de estrellas estornudadas. Mi sombrero se cae otra vez, ¡plof!, justo cuando alcanzo una bolsa brillante en la estantería de arriba. ¡Crash! Se resbala de mis manos, y un puñado de pequeños malvaviscos blancos caen, con un ¡puf-puf-puf!, directamente en mi caldero burbujeante.