La Brujita Tula, con su gorro puntiagudo y botas brillantes, ¡está muy emocionada! Es noche de Halloween y quiere el "Breve de la Felicidad Burbujeante" para sus amigos monstruos. Agita su cuchara mágica, ¡clink, clink! Pero olvida la pizca de estrellas fugaces. De repente, su caldero burbujea y... ¡pop, pop! Aparecen ranas de gelatina que cantan: —¡Croac, croac, ópera! ¡Qué magia, qué sorpresa!