Yo soy Pompon, una bolita de algodón suavecita y muy curiosa, ¡como una nube juguetona! Un día, mientras flotaba cerca de las margaritas, vi un brillo, ¡un pling, pling que venía de la flor más grande! Mis ojitos azules brillaban como dos gotitas de rocío. —¡Qué será ese brillo? —me pregunté. —¡Quiero saberlo! Pero la flor era alta, alta, casi como una montaña. ¿Debería ir a ver qué es, o quedarme aquí, dando saltitos en el pasto suave?