Sofía, con su sombrero amarillo y sus botas rojas, pasea por la playa tranquila. ¡Mira! Una concha azul, brillante como una joya. Sofía la acerca a su oído con cuidado. ¡Psss-ssst! No es el mar. Es la concha azul, que susurra un secreto: —Soy azul como el cielo, me gusta volar alto y soy muy feliz. Sofía sonríe, ¡qué sorpresa tan divertida!