Yo soy Leo y vivo en la ciudad. Mi ventana es mi lugar favorito para ver las nubes. ¡Son tan grandes y suaves! Un día, descubrí un secreto divertido: si dibujo algo en el cristal empañado, ¡las nubes de verdad parecen imitar mi dibujo! Es como un juego mágico. Dibujo un pequeño pez parlanchín y, ¡Puf!, una nube con forma de pez aparece nadando en el cielo. Es mi secreto, ¿o no?
Pero una tarde, vi algo que me preocupó. Entre las nubes blancas, un torbellino turbulento de nubes grises atrapaba a un pajarito de nube muy pequeño. Estaba asustado. —¡Pío, pío! —chirriaba el pajarito, intentando escapar. ¿No podían las nubes grandes verlo? Yo intenté dibujar una salida, pero el torbellino era demasiado fuerte. Sentí un ¡Puf, puf! de preocupación en mi corazón. Necesitaba ser valiente, ¡y mis dibujos también!