Dulce, una cucharita de helado de madera, vive muy abajo en el cajón de los cubiertos. Se siente un poco triste porque piensa: “Soy vieja, ¿para qué sirvo?”. Un día, un niño deja un vaso de agua vacío cerca del cajón. Dulce, con mucha curiosidad, estira su cuerpecito de madera y ¡toca! El vaso hace un sonido nuevo. ¡CLIN! Dulce abre mucho sus ojitos de madera.