En la esquina de una ventana, Patitas, una araña muy pequeñita y curiosa, vive feliz. Cada tarde, cuando el sol se despide con un adiós lento, el cielo se pinta de colores. Shhh, el viento susurra suavemente. Patitas mira las nubes que se vuelven rosadas y doradas. —¿Qué color tan dulce y cálido? —piensa Patitas con sus ocho ojitos brillantes, mientras la noche empieza a llegar, tranquila y serena.