Yo era Balón Saltarín, una pelota de mil colores brillantes, y estaba tan aburrido de rebotar solo en la habitación de Lucas. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Era divertido, sí, pero siempre lo mismo. Un día, cansado de tanto salto, decidí hacer algo diferente. Rodé, rodé, rodé por el suelo, despacito, como un ratón espiando. De repente, ¡zas!, sentí un cosquilleo suave. Miré bien y vi una pequeña cosa brillante, como una estrella pequeñita, que se pegó a mí. Era el sueño de un pirata, ¡el primer sueño olvidado que capturé!