Yo soy Centella, una nubecita de polvo de estrellas, tan diminuta que a veces me confundo con una motita de purpurina espacial. Floto cerca de la Tierra, entre asteroides que parecen papas voladoras y cometas con colas de algodón de azúcar. Siempre me siento la más pequeña de todas las cosas en este universo gigante. Las estrellas grandes, ¡uf!, brillan con una fuerza que hace temblar mis chispitas, y los planetas son como balones de fútbol gigantes que giran y giran. A veces me pregunto si alguien me notará siquiera.