Yo soy Borrilu, un pequeño borrador con un corazón enorme y una curiosidad que me hacía vibrar. Mi misión era sencilla: descubrir todos los colores secretos del mundo. Mi único problema era que cualquier cosa brillante me distraía con facilidad, ¡oh, sí! Aquella tarde, me encontraba en una playa tranquila, justo cuando el sol empezaba a teñir el cielo de naranjas y morados. Había escuchado cuarenta y cinco veces la leyenda de la arena que brillaba con los colores de los sueños, y quería verla con mis propios ojitos. Con mi diminuta lupa de explorador en mano, me senté a contemplar el espectáculo mágico del atardecer.