Yo soy Arenita, un pequeño reloj de arena, y descanso suavecito en el escritorio de Leo. Miro el mundo de colores a mi alrededor. Cada vez que un granito de arena, tic-tac, cae de mi barriguita de cristal, siento un suave susurro. Parece que cada granito no solo cuenta un segundo, sino que también guarda un pequeño, pequeño secreto, como un dulce sueño atrapado.