Sapo Saltarín, un sapo con patas ¡tan, pero tan largas!, vive una vida de saltos y ¡zas! Cada vez que salta para cruzar la charca, ¡se pasa! No aterriza en el lirio, ¡oh no! A veces cae con un ¡plaf! en un suave colchón de musgo. Otras veces, ¡sorpresa!, aterriza justo en la cabeza de una tortuga dormilona, que ni se inmuta. Él quiere ser el campeón de salto, ¡el mejor de todos!, pero sus amigos croan de risa, y Sapo, bueno, Sapo se siente un poquito avergonzado.