Erizo Rueditas era una bolita de púas ¡que rodaba más rápido que el viento! No veía adónde iba, solo sentía el ¡zoom! del bosque Chiflado a su alrededor.
Erizo Rueditas era una bolita de púas ¡que rodaba más rápido que el viento! No veía adónde iba, solo sentía el ¡zoom! del bosque Chiflado a su alrededor.
De repente, ¡CRASH! Rueditas chocó contra algo grande y oscuro. Era un micrófono olvidado, ¡y se le quedó pegado justo en la nariz!
—¡Ay, ay! —murmuró Rueditas, que sentía su cabeza dar vueltas como un tiovivo.
De repente, ¡CRASH! Rueditas chocó contra algo grande y oscuro. Era un micrófono olvidado, ¡y se le quedó pegado justo en la nariz!
—¡Ay, ay! —murmuró Rueditas, que sentía su cabeza dar vueltas como un tiovivo.
Intentó preguntar: —Pero, ¿qué...? —Pero de su boca no salió una pregunta, ¡sino un ¡OOOOOHHHH! fuerte y desafinado! Era un canto de ópera, ¡y Rueditas abrió la boca y los ojos de pura sorpresa!
Intentó preguntar: —Pero, ¿qué...? —Pero de su boca no salió una pregunta, ¡sino un ¡OOOOOHHHH! fuerte y desafinado! Era un canto de ópera, ¡y Rueditas abrió la boca y los ojos de pura sorpresa!
¡La fuerza de su ¡BRAVOOOO! era tanta que las hojas de los árboles salieron volando! Crearon un remolino de colores en el aire, mientras Rueditas seguía 'cantando' sin querer.
—¡Oh no, oh no! —pensó, intentando callarse.
¡La fuerza de su ¡BRAVOOOO! era tanta que las hojas de los árboles salieron volando! Crearon un remolino de colores en el aire, mientras Rueditas seguía 'cantando' sin querer.
—¡Oh no, oh no! —pensó, intentando callarse.
Rueditas intentó cerrarse la boca con las patitas, pero cada esfuerzo solo hacía que su voz de ópera sonara ¡todavía más fuerte! El Bosque Chiflado se llenó de un divertidísimo ¡¡AAAAAAAHHHH! que hacía vibrar hasta las raíces.
Rueditas intentó cerrarse la boca con las patitas, pero cada esfuerzo solo hacía que su voz de ópera sonara ¡todavía más fuerte! El Bosque Chiflado se llenó de un divertidísimo ¡¡AAAAAAAHHHH! que hacía vibrar hasta las raíces.