Yo soy Pececito Salto, ¡un pez muy, muy curioso! Vivo en un río azul, azul, azul. Me encanta saltar, saltar, saltar fuera del agua. ¡Splash! Veo las flores rojas, los pájaros que cantan, cantan, cantan y las nubes blancas. Siempre pienso: ¿Qué, qué, qué pasará? ¡Es tan divertido ver el mundo de arriba, arriba, arriba!
3-4 años
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Pececito Salto y su Burbuja de Amigos
Un pequeño pez aprende que compartir hace un mundo más grande y feliz.
Yo soy Pececito Salto, ¡un pez muy, muy curioso! Vivo en un río azul, azul, azul. Me encanta saltar, saltar, saltar fuera del agua. ¡Splash! Veo las flores rojas, los pájaros que cantan, cantan, cantan y las nubes blancas. Siempre pienso: ¿Qué, qué, qué pasará? ¡Es tan divertido ver el mundo de arriba, arriba, arriba!
Un día, ¡pum!, salto más alto que nunca. ¡Más alto que un árbol! Y veo algo pequeño, muy pequeño, ¡un insecto con alitas mojadas! Estaba varado en una hojita que flotaba. Pobre insecto, ¡no podía volar! Me acerco y le pregunto: —Hola, amiguito, ¿por qué estás triste? El insecto, con sus ojitos brillantes, me susurra: —Mis alitas están pegajosas, ¡no puedo ir a casa! Yo, Pececito Salto, me pregunto: ¿Qué, qué, qué pasará? ¡Tengo que ayudar!
Un día, ¡pum!, salto más alto que nunca. ¡Más alto que un árbol! Y veo algo pequeño, muy pequeño, ¡un insecto con alitas mojadas! Estaba varado en una hojita que flotaba. Pobre insecto, ¡no podía volar! Me acerco y le pregunto: —Hola, amiguito, ¿por qué estás triste? El insecto, con sus ojitos brillantes, me susurra: —Mis alitas están pegajosas, ¡no puedo ir a casa! Yo, Pececito Salto, me pregunto: ¿Qué, qué, qué pasará? ¡Tengo que ayudar!
Entonces, ¡zas!, se me ocurre una idea brillante y burbujeante. Mi burbuja de agua, esa que me protege al saltar, ¡es un hogar perfecto! —¡Sube, sube, sube! —le digo al insecto. Él se sube, ¡qué alegría! Y no solo él, ¡sino también una mariquita perdida y un caracol veloz! Mi burbuja se vuelve un hogar flotante para todos. Aprendí que, si abres tu corazón y tu burbuja, ¡siempre hay espacio para nuevos amigos! Y así, juntos, ¡flotamos felices por el río, río, río!
Entonces, ¡zas!, se me ocurre una idea brillante y burbujeante. Mi burbuja de agua, esa que me protege al saltar, ¡es un hogar perfecto! —¡Sube, sube, sube! —le digo al insecto. Él se sube, ¡qué alegría! Y no solo él, ¡sino también una mariquita perdida y un caracol veloz! Mi burbuja se vuelve un hogar flotante para todos. Aprendí que, si abres tu corazón y tu burbuja, ¡siempre hay espacio para nuevos amigos! Y así, juntos, ¡flotamos felices por el río, río, río!
