Desde mi alto puesto en el cielo estrellado, yo miro la casa dormir. ¡Qué noche tan tranquila! ¡Qué luna tan plateada! Abajo, en la cocina, en el fondo de un cajón oscuro, está Palita. Es una pequeña cuchara de helado de madera, un poco olvidada entre los tenedores grandes y las cucharas brillantes. Ella suspira suavemente, deseando hacer algo especial. Las risas dormidas, bajo las estrellas, ¡qué dulces destellos!