Hoy es un día soleado y yo, Ana, voy al parque. ¡Me encanta el parque! Corro, corro y llego al gran reloj de sol. Su sombra, larga y lánguida, se estira en el suelo. A veces pienso que la sombra es un amigo silencioso. Miro alrededor y veo una florcita chiquita, con sus pétalos un poquito caídos. Parece tener sed. La sombra del reloj se mueve despacito. ¡Sombra-zoom!