¡Una máquina de risas que trae sorpresas!
—¡Hemos terminado nuestra máquina de hacer risas de burbujas! —dijimos los conejos, dando saltitos de alegría.
—¡Será la mejor travesura del Bosque Chiflado!
Con un "¡ZUUUM!", la encendimos.
—¡Mira! ¡No son burbujas! —gritamos, con los ojos bien abiertos.
—¡Son calcetines pequeños, de todos los colores!
¡Los calcetines empezaron a llover y llover!
—¡Se nos pegan en las orejas! —dijo uno, riendo.
—¡Y nos hacen cosquillas en la nariz! —dijimos todos, con muchas carcajadas.
El Bosque Chiflado se llenó de calcetines, ¡hasta las ramas de los árboles!
—¡Qué travesura tan divertida! —dijimos, sin parar de reír.
—¡La máquina de risas de calcetines es la mejor!
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