En el escritorio, Gigi la gomita duerme. La niña ya está en su camita. La luna, redonda y plateada, mira por la ventana. De repente, ¡puf! Gigi rueda y cae en una caja de cartón vieja. Dentro hay muchos dibujos olvidados. Gigi ve una manchita y, con su cuerpo suave, intenta borrarla. —¿Puedes irte, mancha dormilona? —piensa Gigi. ¡Pero la mancha no se va! El cartón sigue ahí. Gigi se queda pensativa. ¡Qué cosa tan rara!