En el borde de la bañera, donde la luna asomaba por la ventana, vivía Estrellita Jabonosa, una esponja con forma de estrella. Las noches eran su momento favorito; el agua de la bañera brillaba bajo la luz plateada, y ella se sentía muy tranquila. Una noche, mientras absorbía agua y un poquito de jabón, descubrió algo mágico. Al apretarse suavemente, ¡podía lanzar pequeñas burbujas! Y cuando esas burbujas explotaban, dejaban un rastro de colores brillantes en el aire, como si fueran fuegos artificiales de baño.