Soy Suave, un cojín con forma de nube que vive en el cómodo sillón de lectura de la abuela. Cada mañana, cuando el sol se asoma y tiñe el salón de dorado, la abuela se sienta, abre un libro grande y misterioso y empieza a leer. Hoy, mientras su voz dulce y profunda vibraba, sentí un cosquilleo, un ¡Suss! muy especial. Era como si las palabras de la abuela no solo entraran en mis orejas de tela, sino que también se transformaran dentro de mí, convirtiéndose en diminutas ondas de aire suave. ¡Qué sensación sorprendente! Sin darme cuenta, una de esas ondas se escapó de mí y acunó un diminuto barquito de papel que estaba en la mesita auxiliar, haciéndolo bailar ligeramente.