Hola, soy Moli, un afilador de lápices con un gran corazón y una misión: ¡que todos los lápices brillen como estrellas! A veces me emociono y afilo demasiado, pero mi intención es siempre la mejor. Hoy, al atardecer, mis pequeños pies azules me traen a la playa, donde el sol pinta el cielo de naranja y rosa. Busco las piedrecitas más suaves y especiales para mis afilados. El mar susurra, la arena brilla, la calma me pilla.
Mientras el sol se esconde lento, mis ojos redondos ven con asombro conchas de mil colores y caracoles que se mueven con sigilo, con sutileza. Dejo mi piedra mágica, mi piedra favorita, esa que brilla como un pequeño faro, justo al lado de una ola suave. Me alejo un poquito, un poquito más, persiguiendo una gaviota curiosa que baila en el viento. Cuando regreso, la ola ha jugado con la arena, y mi piedra... ¡mi piedra ya no está!