En el Bosque Chiflado, dos pájaros muy, muy dramáticos se miraron. Hoy no era un día cualquiera.
—¡Mi canto será el más fuerte! —dijo uno, estirando su cuello.
—¡Ja! ¡El mío hará temblar los árboles! —respondió el otro, inflando su pecho.
¡Cuando el canto es tan fuerte que todo el bosque baila!
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