En la víspera de Halloween, Antorcha Pequeña, una vela diminuta y olvidada, se sentía muy triste. Estaba en el fondo de una caja de decoraciones antiguas, mientras afuera, todas las demás luces brillaban con alegría. Ella deseaba encender su propia chispa, sentir el calor y la magia de la fiesta. Su pequeña mecha temblaba un poquito de melancolía, y el contraste entre su oscuridad y el brillo lejano hacía que su corazón de cera se sintiera encogido.