Botón Saborín era un pequeño botón brillante, tan redondo como una luna de juguete, que se había caído de la capa de un mago muy distraído. Allí estaba, solito, entre las hojas crujientes del bosque en la víspera de Halloween. El aire fresco y perfumado a tierra y hojas caídas lo hacía sentir aún más pequeño. Su único truco era cambiar de color al tacto, ¡pero qué aburrido! Él deseaba, con todo su pequeño ser, encontrar su capa y ser útil otra vez, como antes, pero se sentía perdido entre las ramas y las sombras danzantes.