Burbuja Pompona, ¡qué burbuja tan redonda y jabonosa! Ella flota y flota en el baño, pero un pequeño miedo la abraza con fuerza. —Ay, ay, ay, ¿explotaré pronto? —piensa Pompona, suavemente. Pero el viento, ¡qué amigo tan travieso!, la empuja con un soplido dulce, un soplido ligero. Flota, flota, burbuja Pompona, flota, por la ventana, hacia el jardín. ¡Qué viaje más sereno, qué viaje más placentero!