En la dulce víspera de Halloween, Ratoncito Remiendo, con su abrigo hecho de retales de hojas secas de mil colores, tenía una misión muy importante. Quería encontrar la calabaza más grande del jardín para que todos sus amigos ratones pudieran acurrucarse dentro y contar historias de 'miedo' inofensivo. Pero el vasto jardín se extendía como un laberinto, lleno de sombras largas y susurros de viento otoñal.