En la sala de la casa, vive un pequeño botón de la televisión llamado Canal. Es redondo, rojo y muy curioso. Un día, mientras el control remoto descansa en el sofá, Canal descubre algo increíble. Si se pulsa muy, muy suavemente, ¡la pantalla de la tele empieza a despertar! Los colores bailan y las figuras de los cuentos infantiles, como hadas y caballeros, salen a flotar en el aire por un momento, riendo con risitas de cascabel. Canal se siente emocionado, pero también un poquito solo. ¿No sería maravilloso poder unirse a ellas? Se le escapa un suspiro: «¡Ay, ay, ay! ¿Y si un botoncito como yo no lo logra?»