Bigotes, un gatito blanco como la nieve y con patitas suaves y saltarinas, está en el salón. Corre y corre tras un hilo rojo, ¡qué divertido! Sus ojos grandes y verdes brillan. De repente, escucha un suave jingle-jingle. ¿De dónde viene ese sonido sutil? Bigotes se detiene. —¡Miau! ¿Qué misterio tan grande? —piensa, moviendo sus bigotes largos y ladeados. Deja el hilo y, silencioso como una sombra, se acerca.