Mano Verde, un guante verde brillante, cuelga del tendedero. ¡Qué alto está! El sol lo calienta, y el viento, ¡sopla, sopla, suavecito! Mano Verde se balancea de un lado a otro. Cerca, una flor amarilla tiene un poquito de polvo. Mano Verde piensa: “¡Oh, qué pena!” El viento sopla un poquito más, y Mano Verde se estira, estira, y ¡plof! Toca la flor. —Hola, florcita, ¿necesitas una ayudita? —murmura Mano Verde.