Yo soy Luciérnaga Brilla. El prado es una manta muy negra por la noche. Yo tengo una luz chiquita, pero tengo miedo de encenderla. — ¿Y si no es suficiente? — pienso. Mi brillo es como un susurro, apenas un chis-chis muy suave. Miro las estrellas grandes y brillantes, y mi corazón se siente un poquito pequeño. Yo deseo ser valiente, pero a veces, mi luz parece tan frágil.