Yo soy un pequeño brote de girasol, apenas asomando mi cabecita verde del suave suelo. Desde aquí abajo, veo el mundo de manera diferente. El viento susurra secretos, y el sol es un abrazo cálido. Arriba, siempre está Paja, el espantapájaros, con su sombrero de paja inclinado y una sonrisa cosida. Siempre está quieto, como una estatua de tela, vigilando nuestro campo. Pero últimamente, he notado algo extraño, un movimiento sutil que no es del viento. Es un misterio que, desde mi pequeña altura, me intriga cada día más.