Yo era Barrito, un hornero jovencito con un sueño grande como una nube: ¡construir mi primer nido! Un día, después de una lluvia que hizo ¡plin-plin-plom! en el campo, salí a buscar el mejor barro. Me di cuenta de algo asombroso: ¡el barro no era solo marrón! Había tonos rojizos, ocres y hasta un poco amarillentos. Me sentí como un explorador, listo para una aventura. ¡Chup-chup, barrito, qué arte bonito!