En el Museo de Historia Natural, Ratón Curioso, un ratoncito de bigotes vivaces y ojos observadores, corretea entre las vitrinas. Le encanta el silencio y los secretos. Hay algo muy peculiar que llama su atención: los dibujos de los niños en la sala de arte. Por la mañana, son solo trazos a lápiz, blancos y sosos. Pero al mediodía, ¡zas!, algunos aparecen con colores vibrantes, como si hubieran florecido. Ratón Curioso se acerca a una vitrina especial, donde Aleteo, un pequeño par de alas de mariposa, descansa inmóvil. Aleteo no sabe qué pensar de este misterio. ¡Alas al viento, qué misterio siento!, susurra Aleteo para sí, una y otra vez.
Ratón Curioso decide investigar. Día tras día, observa con paciencia peculiar. Nota que la magia solo ocurre cuando el sol matutino entra por el ventanal grande. El rayo de luz, cálido y claro, se posa suavemente sobre la vitrina de Aleteo. Es como un dedo gigante que acaricia las delicadas alas. Aleteo, sintiendo el calor, se pregunta: ¡Alas al viento, qué misterio siento! ¿Será que el sol tiene algo que ver con los colores que aparecen? Ratón Curioso, con sus orejitas atentas, siente que está cerca de la verdad.