En el corazón de la biblioteca más acogedora que jamás hayas visto, donde los libros susurran secretos y las esquinas invitan a soñar, vive Cieli. Cieli es una pequeña criatura nube, suave como el algodón de azúcar, con pelaje iridiscente que brilla con mil colores y dos antenitas como hojitas verdes que se mueven con curiosidad. Hoy, Cieli busca un libro muy especial: el Cuento del Rayo Risueño, una promesa para su amiga luciérnaga, Lumi. —¡¿Dónde te escondes, dulce historia?! —pregunta Cieli, mientras flota con alegría hacia un rincón secreto, lleno de estantes altísimos y polvorientos.
5-6 años
⏱️ 3 min
Cieli y el Secreto del Libro Flotante
Con alegría y un poco de esfuerzo, las historias más mágicas siempre se encuentran.
En el corazón de la biblioteca más acogedora que jamás hayas visto, donde los libros susurran secretos y las esquinas invitan a soñar, vive Cieli. Cieli es una pequeña criatura nube, suave como el algodón de azúcar, con pelaje iridiscente que brilla con mil colores y dos antenitas como hojitas verdes que se mueven con curiosidad. Hoy, Cieli busca un libro muy especial: el Cuento del Rayo Risueño, una promesa para su amiga luciérnaga, Lumi. —¡¿Dónde te escondes, dulce historia?! —pregunta Cieli, mientras flota con alegría hacia un rincón secreto, lleno de estantes altísimos y polvorientos.
Cieli encuentra el rincón, ¡pero el libro está en el estante más alto, casi tocando el techo! Se estira y se estira, sus patitas nubosas apenas rozan la madera. El estante parece suspirar, un poco triste de estar tan alto. —Ay, ay, ¿será que no puedo alcanzarlo...? —murmura Cieli, su brillo un poco tenue. Pero, ¿acaso no se escucha un suave “¡Inténtalo, Cieli!” desde las páginas cercanas? Cieli recuerda la sonrisa de Lumi y su promesa. Una cosquillita de alegría vuelve a su corazón, y decide intentarlo de nuevo, con una risita suave.
Cieli encuentra el rincón, ¡pero el libro está en el estante más alto, casi tocando el techo! Se estira y se estira, sus patitas nubosas apenas rozan la madera. El estante parece suspirar, un poco triste de estar tan alto. —Ay, ay, ¿será que no puedo alcanzarlo...? —murmura Cieli, su brillo un poco tenue. Pero, ¿acaso no se escucha un suave “¡Inténtalo, Cieli!” desde las páginas cercanas? Cieli recuerda la sonrisa de Lumi y su promesa. Una cosquillita de alegría vuelve a su corazón, y decide intentarlo de nuevo, con una risita suave.
Con una chispa de ingenio y mucha alegría, Cieli se da cuenta de que puede flotar más alto si se impulsa con sus patitas contra el estante de abajo, ¡como un pequeño trampolín nuboso! Uno, dos, tres saltitos con impulso, y ¡zas! Sus antenitas rojas atrapan la esquina del Cuento del Rayo Risueño. Con un abrazo suave, Cieli lo toma entre sus patitas, su pelaje brillando con más fuerza que nunca. —¿Lo ves, Lumi? ¡Aquí está nuestra historia! —piensa Cieli, sintiendo cómo la promesa cumplida llena su corazón de calidez y amistad. La biblioteca entera parece aplaudir con un suave crujido de hojas.
Con una chispa de ingenio y mucha alegría, Cieli se da cuenta de que puede flotar más alto si se impulsa con sus patitas contra el estante de abajo, ¡como un pequeño trampolín nuboso! Uno, dos, tres saltitos con impulso, y ¡zas! Sus antenitas rojas atrapan la esquina del Cuento del Rayo Risueño. Con un abrazo suave, Cieli lo toma entre sus patitas, su pelaje brillando con más fuerza que nunca. —¿Lo ves, Lumi? ¡Aquí está nuestra historia! —piensa Cieli, sintiendo cómo la promesa cumplida llena su corazón de calidez y amistad. La biblioteca entera parece aplaudir con un suave crujido de hojas.
